Principales razones por las que los adolescentes no usan preservativo

Principales razones por las que los adolescentes no usan preservativo

Imagina que sientes una fuerte atracción sexual hacia alguien con quien aún no has iniciado una relación estable. Estás en una fiesta, acabáis solos besándoos con muchísima pasión, y de repente, en estos preliminares del sexo, te pide algo que es innegociable para ti, como tener relaciones sexuales sin preservativo. En ese momento de fuerte atracción, te dice:

«Entonces es que no confías en mí»

«No va a pasarte nada, no tengo ninguna enfermedad»

«Así no puedo, me cortas el rollo»

Si a pesar de que le dices que no sigue insistiendo, está claro que quiere cruzar una línea roja que no debería negociarse.

Este tipo de situaciones son más comunes de lo que parecen y reflejan una falta de responsabilidad y respeto hacia los límites del otro. A continuación, exploraremos las principales razones que la Dra. Miriam Al Adib comparte en su libro «Hablemos de adolescencia«, por las cuales los adolescentes eligen no usar preservativo, basándonos en situaciones comunes y testimonios reales:

1. Falta de pensamiento en las consecuencias

A veces, el momento de excitación es tal que no se piensa en las consecuencias de no protegerse. Esto puede deberse a una falta de educación sexual adecuada que no ha logrado inculcar la importancia de la protección en todo momento, no solo para evitar embarazos no deseados, sino también para prevenir enfermedades de transmisión sexual (ITS).

2. Presión de la pareja

En muchos casos, una de las partes realmente quiere utilizar el preservativo, pero la otra parte intenta convencer de que no hace falta. Esto puede incluir comentarios como «no confías en mí» o «me cortas el rollo», que son chantajes emocionales destinados a hacer sentir culpable a la otra persona. La presión de la pareja puede ser tan intensa que muchas personas, especialmente adolescentes, ceden para no «arruinar el momento».

3. Consumo de alcohol y drogasAusencia de preservativo en adolescentes

El consumo de alcohol y otras sustancias puede bajar la guardia y afectar el juicio, haciendo que los adolescentes tomen decisiones impulsivas que no tomarían en circunstancias normales. En un estado de intoxicación, es más probable que se olviden de las precauciones y se dejen llevar por el momento.

4. Mitos y falsas creencias

Existen muchos mitos sobre el uso del preservativo que aún persisten, como que «aprietan demasiado», «no se siente igual», o «provocan alergias». La realidad es que hay preservativos de diferentes grosores, tamaños y materiales, incluyendo opciones sin látex para aquellos con alergias. Todo es cuestión de buscar el que mejor se adapte a cada persona.

5. Falta de herramientas emocionales

Muchos jóvenes carecen de las herramientas emocionales necesarias para establecer límites claros y defenderlos. En una situación de alta presión, puede resultar muy difícil decir «no» y mantenerse firme en esa decisión. Esto es especialmente cierto si no han recibido una educación sexual adecuada que incluya el aprendizaje de habilidades de comunicación y asertividad.

6. Falta de educación sexual

El daño también puede hacerse sin tener ninguna mala intención, a través de acciones irresponsables aunque sean irresponsabilidades compartidas donde no hay un culpable claro, sino un contexto donde puede ser fácil caer en la tentación y asumir riesgos que pueden salir caros. La educación sexual no es fomentar el miedo al sexo, ni sacralizarlo, sino encontrar el equilibrio para que se respeten los derechos sexuales y reproductivos de las personas, sin que nadie pierda su integridad física, mental o espiritual.

La clave está en una buena educación sexual que no solo informe sobre los riesgos y métodos de protección, sino que también empodere a los jóvenes para tomar decisiones informadas y seguras, sin sucumbir a presiones externas o internas. Solo así se podrán evitar situaciones donde el «aquí te pillo, aquí te mato» lleva a decisiones de las que luego pueden arrepentirse.